Así lo vió Vermouth deportivo: DEP. ARMENIO: “UN EMPATE ERA LO MÁS JUSTO”

Las caras largas en el vestuario de Armenio lo decían todo y muchos jugadores prefirieron no hablar de esta segunda derrota consecutiva para el equipo de Hugo “Pachorra” Smaldone quien cigarrillo en mano quedó hablando fuera del vestuario largo y tendido con su cuerpo técnico.
El único testimonio del equipo de Ingeniero Maschwitz llegó por medio del defensor Ezequiel Kilmot quien no dudó en considerar que lo “más justo hubiera sido un empate”. “Ellos hicieron el gol y lamentablemente no pudimos llegar con peligro y no pudimos defender esa pelota que al final fue clave. No creo que nos hayan llegado mucho. Creo que el partido fue parejo y no estuvo bien jugado pero me parece que un empate, a la postre, era lo más justo” manifestó el defensor. A esa altura, el plantel de Armenio ya estaba pensando en cómo levantar cabeza.

SAN TELMO 1 - ARMENIO 0: CÓDIGO DE BARRAS
El partido fue de malo a malísimo, trabado, sin emociones. El Deportivo Armenio casi ni generó riesgo y San Telmo, en el momento más difícil, encontró el único gol de la tarde que le dio un triunfo lleno de alivio.
Lo más importante de la primera parte pasó en ambos arcos. A los 24 minutos de la etapa inicial se lesionó el eterno Juan Carlos Gambandé y “Fito” Della Picca debió recurrir al arquero suplente para custodiar los tres palos del Candombero. Y Juan Pablo Ferreyra no defraudó en los setenta y largos minutos que le tocó estar en el campo de juego. En el otro área, Brian Fuentes en off-side hizo delirar a su gente hasta que Alejandro Derevnín, apoyado en su asistente, anuló la acción.
Si tan pocas emociones hubo en los primeros 45, ni hablar de la complementaria. Levantó muchísimo el nivel de Gustavo Sever que fue el abanderado de un San Telmo perdido en el campo de juego. El equipo de Ingeniero Maschwitz siguió con su rol secundario de no atacar ni defender y le sirvió mientras que los locales estaban lejos de ser peligrosos.
De la platea que da a la calla Humboldt comenzaron a bajar algunos insultos hacia el entrenador de la escuadra porteña. El clima parecía ponerse espeso pero fue la barra-brava quien copó la parada con un apoyo incondicional hacia los once gladiadores que quedaban en el campo de juego. Y tuvo que ser alguien con apellido pesado quien pudiera callar a los plateístas enfurecidos. El gol de Dizeo, cabezazo tras centro de Sever, cambió improperios por aplausos y la banda de San Telmo pudo festejar. El 1 a 0 trajo tranquilidad y Dizeo manejó con mucha muñeca un asunto interno que parecía complicarse.

Por: Marcelo Patroncini.

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