jueves, 29 de mayo de 2008

Otra Pagina de Atlanta (www.planetabohemio.com.ar): Reducidos a nada




Atlanta perdió 2 a 0 contra Deportivo Armenio y se terminó su participación en el reducido. Sin convicción ni voluntad el equipo se despidió de un torneo que tuvo un buen comienzo y que terminó con la obtención de solo 4 puntos de los últimos 18 en disputa.
¡Igual que en 1994. Ante el mismo rival, y en casi las mismas condiciones. En aquella oportunidad el bohemio en la semifinal había vencido a Armenio en el partido de ida 1 a 0 con gol de Paredes. La revancha parecía un trámite. Igual que hoy. Recuerdo el sonido del silencio de aquellas 4000 personas que se iban masticando bronca por Humboldt, tras la derrota por dos goles con aquel último penal que convirtiera Javier González en el descuento para poner el 2 a 0 fatídico.Hoy, tras el resultado, y por lo visto el viernes pasado en Maschwitz, también fuimos a la cancha en esta tarde gris con la sensación que el bohemio pasaría fácilmente esta fase del reducido. Pasini metió el mismo equipo de aquel día, salvo la inclusión del guerrero Fuente por Bareiro. Y volvió a dejar a Ramón en el banco, algo inexplicable para aquellos que consideran que hoy por hoy es el único jugador pensante que tiene el equipo. Se jugó el Tano. Y los mandó arriesgadamente al frente a buscar desnivelar. Una apuesta, que con el presente negro de esta defensa era, a la postre, jugar a la ruleta rusa. Porque Javier “el payaso” Molina, está lejísimos de su nivel, porque Ojeda es un buen cuidador de la pelota pero no tiene velocidad suficiente para sorprender. Y en estas condiciones, solo la gran velocidad y el buen sentido que le pone Guzmán a las arremetidas podían originar peligro.A los 5’ ya Ojeda probó al arco y se fue a unmetro del poste derecho, a los 4’ Ferreiro y un minuto después el Chiqui hicieron lo propio. ¿Armenio?, esperaba, y salía con pelotazos largos por su sector derecho, por el lado de los hoy desastrosos Cherro y el Chiqui Pérez que, más que agua, hicieron un océano por ese sector durante todo el partido. Bogni, como buen compañero y amigo, tampoco estuvo en una buena tarde, desacertado en los pases y en la marca de Matos.A los 14’ el local generó la mejor jugada del período cuando Piñón habilitó a Guzmán que entrando como un avión por derecha mandó el latigazo que contuvo Luca. Pero el visitante sacaba provecho de las flaquezas defensivas y en el primer centro acertado por la derecha la pelota le quedó a Matos que, sin marca alguna, y con Llinás parado, tuvo tiempo de meterle el cabezazo goleador al poste derecho cuando iban 22’. Fue un balde de agua fría, más fría que la tarde de Vicente López.Atlanta, que con un solo gol se clasificaba, se desesperó. Y sin orden y sin claridad, apelando a la velocidad y el tesón de Guzmán y Ferreiro, fue a buscar un empate que a medida que pasaban los minutos se veía cada vez más difícil. Es más, en una réplica, quedó al desnudo la triste debilidad defensiva actual, cuando Matos volvió a cabecear solito, pero esta vez dio la bola en el palo para irse mansamente afuera sobre los 26’.La más clara antes de terminar el primer tiempo fue el cabezazo de Scatolaro por encima del travesaño de Luca tras un centro de pelota parada, cuando era más fácil hacerlo que errarlo.Sin cambios, el bohemio se las arregló en el segundo período para llegar por intermedio de Ojeda hasta las barbas de Luca a los 3’ en una jugada personal que terminó muy cerca del palo derecho y a los 6’ con un cabezazo tras centro de Guzmán que se fue afuera.Pero a los 10’ llegó el penal de Fuente que Matos cambió por gol. Dos a cero. El síndrome Cambaceres se apoderó del equipo, y también de los sufridos hinchas que ya olían la derrota. Pasini puso a Castillo por Fuente en un cambio que no entendimos. Atlanta tenía la pelota y ante el débil Armenio no sabía cómo llegar mano a mano con el arquero. Molina se recostaba sobre la derecha inexplicablemente cuando su función es estar adentro del área.La confusión era el común denominador de este equipo cuya máxima virtud en la primera etapa del torneo fue el orden. Demuner no aportaba nada. En cada contraataque de Armenio parecía que hacían el cuarto antes que el tercero. Atlanta buscaba el descuento, y en un cabezazo de Piñón pudo estar. Ramón por Guzmán fue la última carta. Y en un barco sin timón poco pudieron navegar. Solo algunas corajeadas de Ferreiro, que terminó aplaudido, y algún cabezazo de Ojeda.El final fue un alivio a tanto sufrimiento. A tanta agonía. A tanta esperanza marchita. A tanto padecimiento. Idéntico a aquel día en que D’Amico cobrara ese penal tan dudoso contra Alex Rodríguez aquella tarde triste de 1994 en la última jugada.Habrá que esperar el próximo campeonato. Seguramente habrá muchas caras nuevas. Habrá renovación y cambio. La gente está agotada de estar en la B. Habrá que apoyar con seguridad un nuevo proceso. Ahí estaremos.

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Estadio Armenia, Ing. Maschwitz

Estadio Armenia, Ing. Maschwitz
Acceso al estadio.