Con el grito atragantado, el Gallo no pudo repetir ante Armenio su actuación frente a Temperley (2-1). Volvió a demostrar que es un equipo ciclotímico al que le cuesta hilvanar más de un triunfo en cadena (sólo logró dos seguidos, ante Comu e Italiano). Si bien los dirigidos por Méndez tuvieron un arranque furioso y dominaron las acciones (así se pusieron en ventaja, tras un córner, por intermedio de Akerman), no lo supieron liquidar y Armenio lo empató. Luego, el equipo de Ruiz durmió el partido bajo la suela de Orsi y el Gallo se fue sin cacarear.
Oscar Ibañez Oibanez@ole.com.ar
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